Mtro. Edgar Gozález Suárez
La presión social para que se reabran las escuelas comenzó desde finales del año pasado, tanto padres de familia, como maestros, argumentaban la necesidad y la urgencia por un retorno a las clases presenciales. Pero no todos los padres de familia, ni todos los maestros, sino los representantes del sector educativo privado. Incluso, cuando el Gobierno Federal establecía que el plan de vacunación seria por generación y grupos de edad, la derecha intentaba, una vez más, colocar discordia entre la población, para exigir la atención, primero a los sectores sociales y económicos más urgentes y estratégicos: comerciantes en pequeño, médicos, maestros, trabajadores de los complejos industriales, del turismo, de la industria automotriz, etc. El intento no prosperó, ni siquiera mediáticamente pudo sostenerse ante el evidente rechazo social. Y el Gobierno organizó su estrategia bajo criterios generacionales. Todos seriamos vacunados, pero por rangos de edad.
A mediados de la semana pasada, el día 12 de abril para ser precisos, una nota corrió como pólvora en el país y sobre todo en el magisterio nacional, la prensa recogió lo dicho por Arturo Herrera, secretario de Hacienda, quien informó que durante las reuniones de primavera con el Fondo Monetario Internacional, se aseguró que la siguiente fase de Vacunación contra el COVID se aplicaría al magisterio nacional, tanto del sector público como del privado, y que dicha campaña comenzaría a partir precisamente de esta semana que hoy inicia.
Eso bastó, para qué en casi todo el sector magisterial, independientemente de los subniveles educativos, declarará su anuencia y apoyo a esta estrategia paralela. Recordemos que la primera estrategia consistió en vacunar a todos los adultos mayores de 60 años, y luego se aplicaría por generaciones. El secretario de Hacienda solo hizo público lo que ya era casi un hecho. Habría que vacunar a los profesores del país, y así establecer un plan para un retorno coordinado a clases presenciales. Ya desde el mes de marzo de este año, el Secretario de Relaciones exteriores, Marcelo Ebrard, anunciaba la compra y reserva de más de 22 millones de vacunas para intensificar la campaña de vacunación.
El propio presidente de la República anunció el inicio de la vacunación al sector magisterial a partir del 19 de abril y que culminaría hasta el 10 de mayo, todo esto para contribuir al retorno a clases presenciales lo más pronto posible.
En este lapso, desde el anuncio de la compra masiva de vacunas chinas contra el COVID, los sindicatos magisteriales, explícitamente el SNTE, expusieron que para el retorno a clases se debería garantizar: 1) semáforo epidemiológico de estados debe estar en verde, 2) maestros y trabajadores de la educación deben estar vacunados contra la Covid-19 y 3) los padres de familia deben decidir de manera voluntaria que sus hijos regresen a la escuela.
En nuestro estado, la Universidad veracruzana se posicionó declarando que seguiría el calendario de vacunación impulsado por el gobierno, que la referencia para la UV sería el semáforo epidemiológico declarado por el Gobierno del Estado, y que el regreso a clases sería escalonado, según zonas de riesgo, densidad de población, y avance en la vacunación a la población.
En el sector magisterial en Veracruz se observan dos grandes tendencias y opiniones acerca del plan de vacunación a los profesores: 1) La necesidad y urgencia para que los profesores de todos los niveles educativos sean vacunados, y así garantizar márgenes más amplios de inmunidad ante el virus. Y 2) Se apoya la medida no solo por razones sanitarias, sino también económico-sociales, para estar preparados ante un posible retorno a clases presenciales.
Cuando todo era euforia por la llegada de las vacunas al sector magisterial, cuando se afinaban los detalles con los distintos sectores, y subniveles educativos, cuando por razones políticas mantuvieron la secrecía de los detalles hasta el último momento.
La derecha, siempre fiel a su aversión al contacto popular, y ahora, si quiere tener acceso a la vacuna tendrá que registrarse, formarse y dejarse vacunar por personal de las instituciones de salud, ha desatado una campaña de propaganda más en redes, ahora para denunciar que la campaña de vacunación magisterial es parte de la estrategia de MORENA para ganar las elecciones de junio próximo; que el Plan de Vacunación Magisterial no solo es oportuno electoralmente sino será un desastre organizativo; que la campaña de vacunación es una experimentación más con el sector magisterial de la vacuna china; que la vacuna china no tiene ni certificación, ni aprobación internacional, en fin, han desatado la enésima campaña contra la vacunación, ahora diciendo a los profesores que los están engañando, que no son vacunas y que los van obligar a regresar a clases desprotegidos y con altos riesgos sanitarios solo porque Morena quiere ganar las elecciones.
La imaginación y la desesperación ante la inminente derrota electoral de la derecha los hace, como siempre, seguir diciendo disparates.
