A ocho meses de dejar la Presidencia de la República, Andrés Manuel López Obrador propuso al Congreso de la Unión un paquete de 20 reformas, 18 constitucionales y dos legales, para eliminar “artículos antipopulares” introducidos, sostuvo, en el periodo neoliberal y contrarios al interés público.
Entre ellas, destaca una reforma al Poder Judicial con la que se elegirá por voto directo a jueces, magistrados y ministros de la SCJN; una reforma electoral para reducir gastos de campañas y partidos, y eliminar a los plurinominales.
También, revertir el sistema de pensiones modificado en los sexenios de Ernesto Zedillo, en 1997, y de Felipe Calderón, en 2007, que “afectan” a los trabajadores del IMSS e ISSSTE, así como la eliminación de organismos autónomos como el INAI y la Cofece por onerosos, entre otros cambios.
En el 107 aniversario de la Constitución de 1917, en el Recinto Parlamentario de Palacio Nacional —donde se firmó la Carta Magna de 1857— el Presidente criticó que los pasados gobiernos avalaron reformas que son “adulteraciones”, porque niegan el sentido general de la Constitución concebida con un espíritu nacional, social y, subrayó, público. Acompañado por su esposa Beatriz Gutiérrez Müller, integrantes del gabinete y el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Martí Batres, López Obrador destacó que los cambios propuestos por su administración son contrapuestos a las reformas aprobadas en los 36 años de ese oscuro periodo.
“No se pensó en beneficiar al pueblo, sino fundamentalmente en ajustar el marco legal para facilitar el despojo, la corrupción y la entrega de bienes de la nación a una minoría. Nunca en los 36 años de dominio oligárquico se reformó la Constitución para procurar la justicia, no hay nada que lo demuestre, todo tuvo como distintivo el afán de lucro y el desprecio por las mayorías”, dijo.
En su mensaje de 42 minutos, destacó que afortunadamente los mexicanos vivimos “un momento estelar” en el país y que lo juzgaría mal la historia si no actuara de manera consecuente con los principios que enarbolaron e hicieron valer los héroes nacionales.
“Estoy consciente de que el éxito de la transformación en marcha no depende únicamente de las reformas a la Constitución y a las leyes. Hay otras cosas que son fundamentales; por ejemplo, el cambio de mentalidad del pueblo, lo cual hemos conseguido entre todos y desde abajo, y que conocemos como ‘la revolución de las conciencias’, porque de ello depende en mucho evitar cualquier retroceso antipopular en el futuro.
“Sin embargo, sería un error confiarnos y dejar pasar esta oportunidad histórica para hacer todo lo que esté a nuestro alcance con el propósito de afianzar valores, ideales y volver a imprimirle a la Constitución su carácter democrático y, sobre todo, eminentemente social”.
Fuente: El Universal
