Mtro. Edgard González Suárez
Decíamos apenas la semana pasada que la izquierda mexicana, como todas las izquierdas, mantiene distintos enfoques, métodos de lucha y objetivos políticos, lo que hace que se agrupe en distintos foros, grupos, coaliciones o corrientes con distintos tonos y focos de interés, bajo un determinado entramado de formas de pensar, de sentir y de ser de izquierda. Eso lo comente hace apenas una semana. Y varios radioescuchas me pidieron que hablara precisamente acerca de esas luchas intestinas.
Desde mi punto de vista la confrontación más evidente y pública se da dentro de lo que llamo una izquierda sistémica, reformista, moderada, que pretende ampliar derechos, abatir la desigualdad, pero manteniendo las principales virtudes de nuestro sistema político: la democracia representativa, la división de poderes, el presidencialismo como forma de gobierno, la propiedad privada y los derechos sociales, etc. Es decir, una izquierda técnica y/o socialdemócrata.
Para nadie es un secreto que dentro de Morena se vive una feroz lucha intestina por la próxima candidatura a la Presidencia de la República. Una lucha que encabezan muy claramente Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard. Cabezas visibles de dos grandes corrientes socialdemócratas dentro del país. Pero si las izquierdas se constituyen y representan en distintos foros, tonos y focos de interés, valdría la pena repasar cuales serían esos intereses y/o concepciones de la izquierda que defienden.
No veo, por ningún lado, ningún tipo de amenaza a la 4T, realmente la disputa es interna, y como vemos es una disputa a muerte. Hoy me referiré solo a la corriente que empuja fuertemente a Sheinbaum como una posible aspirante.
Andrés Manuel López Obrador significó el liderazgo capaz de aglutinar a toda clase grupos, corrientes, clases sociales y sectores económicos, una necesidad para la construcción de una nueva hegemonía política dentro del país. Liderazgo que venido sufriendo no solo los embates de la derecha neoliberal, sobre todo mediática, sino de distintos frentes dentro de esa gran coalición. Apenas esta semana pasada, Porfirio Muñoz Ledo convocó, de plano a la formación de un Frente Amplio en Defensa de la Constitución, de la Suprema Corte de Justicia y de los organismos autónomos.
Pues bien, Porfirio Muñoz Ledo, es la cabeza visible de una de las corrientes socialdemócratas que lleva como posible aspirante a la presidencia de la república, precisamente a Claudia Sheinbaum. Y su principal foco de ataque ha sido convocar a la resistencia frente a la deriva autoritaria-presidencialista, o al gobierno de “un solo hombre”, y plantear, en extenso, el dilema entre autoritarismo y democracia.
Cuando muñoz Ledo denuncia las peligrosas tendencias concentradoras de poder, pues apunta sus dardos a los márgenes de maniobra presidenciales para imponer al próximo candidato a la presidencia de la república.
Todo comenzó cuando precisamente Muñoz Ledo y esa corriente, quisieron tomar la presidencia de MORENA, y desde ahí, aumentar su capacidad de negociación, frente al programa de reformas impulsadas, por el presidente López Obrador, y desde el Comité Ejecutivo del partido, tratar de hacer avanzar a Claudia. Pero Andrés Manuel que no cede ni un ápice de su poder a nadie, se adelantó y bajo maniobras de todo tipo, desplazaron no solo a otros aspirantes, sino a la mismísima candidatura de Muñoz Ledo. Quien ya había recibido acuse y sido marginado al perder la Presidencia de la Cámara de Diputados, por maniobras que volvieron hacer de su persona el centro del ataque político.
Aunque la cercanía de López Obrador con Claudia Sheinbaum es pública y manifiesta, Andrés Manuel no se va a dejar ahorcar por el ex “Frente Democrático Nacional”, “La Nueva República” o “México Hoy”, que son los frentes desde donde han luchado por su programa de acción. Desde la pérdida de la presidencia de la Cámara de Diputados, la elección a la presidencia de MORENA, la inhabilitación para que Muñoz Ledo se reeligiera como diputado federal. Desde esas fechas hasta ahora, Muñoz Ledo, se ha dado vuelo golpeando públicamente a Andrés Manuel con los aspectos más espinosos, vulnerables y controvertibles del Gobierno López Obradorista: El control del poder judicial, los organismos autónomos, entre ellos el INE, el control directo sobre el partido, las candidaturas a las cámaras y a los puestos de elección popular, la línea 12 del metro, en fin.
Esta corriente, por más que cuenta con las personalidades de la talla de Muñoz Ledo, no ha seguido el guion del diputado, la misma corriente se encuentra dividida, unos aliados a AMLO y otros, titiritando de coraje y de dolor ante el intento por acotar el poder del presidente.
La próxima semana hablaremos de Marcelo Ebrard y su proyecto de nación.